Hoy a muerto el padre de mi tía, se llamaba Paco. Marce, la chica que le cuidaba, estaba en un llanto y me decía que ella le quería aunque no era nada (familiarmente) de ella. Yo le respondí que ninguno elegimos a quienes están en nuestro corazón y que por el simple hecho de estar en él, ya son «algo nuestro». Lo importante, es que Ella quería a Paco, y fue correspondida hasta tal punto, que cuando vieron a Paco en sus últimos momentos, llamaron a Marcela para decírselo y Paco murió en sus brazos, no antes;Pudo despedirse de él. Entonces mirábamos las dos hacía afuera, calladas, como el resto de las personas de fuera seguían sus vidas como si nada hubiese pasado..y llegué a una conclusión, tras pensar en mi difunto abuelo:»la muerte de un ser querido para nosotros,es una piedra que cae a un lago, ella queda en su lecho apaciblemente, mientras que el lago queda perturbado, al menos por un tiempo, antes de que todo vuelva a la normalidad y entonces sólo si miras al fondo, ves esa piedra intrusa».
Etiquetas: muerte, sentimiento